(Londres, Gran Bretaña) Se extiende por Europa el
hallazgo de alimentos envasados que contienen carne equina. ¿Por qué le
habrán puesto caballos? Después de la aparición en Irlanda de
hamburguesas con carne de caballo, la Unión Europea dispuso controles
en todos los países. Y en cada vez más países los resultados dan
positivos. La empresa Nestlé acaba de retirar varios productos del
mercado. Las mafias de la carne.]
[Marcelo
Justo] El escándalo de la venta de carne de caballo se ha convertido en
una incontenible bola de nieve. La compañía de alimentos más grande del
mundo, Nestlé, retiró productos de los supermercados de Italia, España,
Francia y Portugal luego de que se hallaran rastros del ADN equino en tres comidas procesadas.
Tan sólo la semana pasada, Nestlé había
anunciado solemnemente que sus productos estaban a salvo del escándalo.
En realidad, casi nadie parece hoy a salvo de nada, por más que
compañías como Nestlé y los mismos gobiernos aseguren que la carne
equina no es un peligro para la salud.
Nestlé
retiró dos congelados de pasta –Ravioli y Tortellini Buitoni– que se
vendían en Italia y España y otro, Lasaña, que se vendía en Francia y
Portugal. Las pruebas de laboratorio daban una presencia de un uno por
ciento de carne equina, pero la compañía decidió suspender la
comercialización de todos los productos de la empresa alemana H. J.
Schypke, proveedora de los congelados en cuestión. El lunes, una cadena
internacional germana de supermercados, Lidl, retiró productos que contenían rastros de carne equina de sus supermercados en Finlandia y Suecia.
Desde
que las autoridades irlandesas descubrieron carne equina en una muestra
al azar de hamburguesas a la venta en supermercados, el escándalo se ha
diseminado por toda Europa, poniendo al desnudo una cadena globalizada
de producción de alimentos sobrecargada de intermediarios que viaja
desde Rumania –origen de la venta de carne de caballo– y Chipre a
Francia, el Reino Unido y el resto del sur y norte de Europa.
La Unión Europea está realizando pruebas al azar en sus 27 miembros para detectar la presencia de carne equina y butus,
una droga antiinflamatoria para caballos, prohibida en la cadena
alimentaria humana por su impacto en la salud. En Francia, uno de los
epicentros de la crisis, las autoridades están investigando a Spanghero,
una compañía procesadora de alimentos acusada de sellar de manera
fraudulenta unas 750 toneladas de carne equina.
En
Lancashire, norte de Inglaterra, se tuvo que retirar de circulación los
pasteles de carne de 47 escuelas públicas. Compass, una compañía de
alimentos que suministra comida procesada a más de siete mil escuelas y
hospitales del Reino Unido, reconoció que uno de sus productos contenía
carne equina.
La Occrp, que investiga el crimen organizado
en Europa del Este y Asia Central, identificó a la firma Draap
Trading, con sede en Chipre, como la responsable del envío de carne
equina a Francia. Draap, que admitió la adquisición de carne a mataderos
en Rumania, está registrada en un paraíso fiscal en la Virgin Islands y
su director, Jan Fasen, fue condenado el año pasado por vender carne equina de Sudamérica como carne vacuna alemana y holandesa.
Según el dominical británico The Observer,
Draap usa exactamente la misma red de compañías que el ruso Victor
Bout, condenado en noviembre de 2011 por suministrar armas a las FARC,
de Colombia, y acusado de ser una figura clave del tráfico internacional
de armas en Africa y Medio Oriente. Rosie Sharpe, de la ONG Global
Witness, indicó a The Observer que la crisis está
revelando los peligros que representa una opaquísima globalización
financiera. “Se vuelve muy fácil procesar el dinero que sale de ventas
de carne adulterada o tráfico de armas para el crimen organizado. Es muy
fácil ocultar el nombre de los verdaderos dueños de las compañías por
medio de paraísos fiscales”, señaló Sharpe.
22 de febrero de 2013 21 de febrero de 2013
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Fuente: cpca.org.ar
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